Grimorios | Mundo Parapsicológico

Mundo Parapsicológico

Estás en la sección

Misterios

Grimorios

A lo mejor el vocablo no os dice nada, pero si nombro «Sobre los Misterios Egipcios de Jámblico de Calcis«, de finales del siglo III d. C. tal vez os resulte familiar, aunque bien es cierto, que aún no se les daba tal nombre a los libros que vamos a tratar. Posteriormente ya en la Edad Media se les empezaría a conocer como Libros Negros

Nota aclaratoria: El presente artículo fue escrito el día 4 de febrero de 2014 por Ana Belén Sánchez.

Entre todos los Grimorios, cabe destacar los siguientes:

  • La Gallina Negra, 740 d.C.
  • El Grimorio de San Cipriano, 1001 d.C.
  • El Liber Juratis, del antipapa Honorio II del año 1065.
  • El Heptamerón, Pietro d’Abano, 1290.
  • El Libro de la Magia Sagrada de Abra-Melin el Mago, 1458.
  • El Grimorio Secreto de Turiel, 1518.
  • El Gran Grimorio, 1522 de Antonio Venitiana del Rabina.
  • Galdrabók, del siglo XVI.
  • El Lemegeton o La Llave Menor de Salomón, 1600.

Hay muchos otros libros atribuidos a la temática del diablo, aunque de forma paradójica, ya que su contenido es más que dudoso, como seria el caso del fascinante manuscrito de Voynich, y digo dudoso de forma generosa, porque su texto no ha podido ser descifrado aún. Yo me inclino más porque se trate de un fraude, pero esa es otra historia.

Los grimorios hoy en día son “cartillas” inspiradas en los libros que usaba la iglesia para enseñar y siempre de un formato pequeño para facilitar su ocultamiento. Hay que tener en cuenta que la iglesia tenía el monopolio de la educación, así que cualquier libro elaborado por fuera de ella era potencialmente satánico aparte de que algunos textos, por supuesto, tenían como único objetivo poner al hombre en contacto con Satanás.

Todos los Grimorios contienen fórmulas astrológicas, listas de ángeles y demonios, conjuros para controlarlos, hacer medicinas y amuletos.

Resulta curiosa su semejanza con las fórmulas sacramentales, por lo que se sospecha que estos libros tuvieron su origen en el clero.

En los Grimorios confluyen la magia judía y la cábala, la magia egipcia y la helenística, que juntaba la tradición persa y griega en lo que a conocimientos astrales se refiere.

Si a alguien le interesa el tema os diré que la mayoría de los libros nombrados se encuentran en el British Museum, la Biblioteca del Arsenal en París y la Universidad de Yale. Aunque su importancia podría ser debatida por tratarse de meras supersticiones, nadie puede negar su valiosa aportación para comprender nuestra historia al menos en lo que atañe a la parte espiritual.

Merece la pena que nos detengamos un momento con uno de los grimorios más conocidos: «El testamento de Salomón«, donde se narra la construcción del templo de Jerusalén. Fue escrito entre los siglos I a IV d.C. (casi mil años después de los acontecimientos que narra). Describe como Salomón pone a los demonios a su servicio abriendo un nuevo horizonte literario y religioso. Salomon, sinónimo de sabiduría, construyó el Templo para el Arca de la Alianza y fue el último rey que gobernó el reino integrado. Destaca su enigmática historia con la reina de Saba (la Biblia ni menciona ni niega que fueran amantes, aunque sugiere que pasaban el día contándose adivinanzas), sin embargo, la literatura apócrifa se empeña en destacar qué paso su vida entre sus setecientas esposas y sus más de trescientas concubinas, para acabar idolatrando a dioses como Astarté.

Según la tradición oral, Salomón estaría enemistado con un príncipe infernal, Asmodeo. Dios le dio a escoger a Salomón entre riquezas, gloria y sabiduría, y cuando este eligió la tercera, Dios le encimó las otras dos, así como el control sobre los ángeles y las criaturas infernales, todo ello a través del uso de su pentáculo. Un día el rey le ordena a Asmodeo que le explique por qué los demonios lo temen, momento que este aprovecha para pedirle el anillo como objeto valedero de la explicación, quitándoselo  y tirándolo al mar. En ese momento Asmodeo devora al rey y lo escupe a mil kilómetros. En su viaje de regreso, Salomón trabaja como cocinero para un rey amonita, y el destino quiere que un día compre un pez para cocinarlo, y resulta que este se había tragado el anillo y así el rey con el anillo de nuevo en su poder, acabara derrotando a Asmodeo.

Existen muchos manuscritos medievales que, a día de hoy, y tras numerosos estudios, continúan siendo un verdadero enigma para los estudiosos en la materia. Sus contenidos, ilustraciones y su historia son sinónimo de misterio, lo que me sirve para llegar al Grimorio que para mi, es el más fascinante de todos y motivo principal de este pequeño artículo.

Se trataría del más grande de todos ellos de forma literal:  Codex Gigas, “libro grande en latín”, también conocido como “código o biblia del diablo”.

Está considerado como el manuscrito más grande conservado de la época. Sus dimensiones son impresionantes: 92 x 50,5 x 22cm. Contiene 624 páginas iluminadas e ilustradas con tintas roja, azul, amarilla, verde y pan de oro siendo su peso, nada menos que de 75 kg.

1

Se encuentra en un estado de conservación excelente a pesar de faltarle algunas páginas, que en algún momento de su historia fueron arrancadas, ignorandose a día de hoy el contenido que estas pudieran tener.

El enorme tamaño está en consonancia con el de las Biblias que se manufacturaban en Europa en los siglos XI y XII, con su tamaño, los papas reformistas pretendían poner de manifiesto la importancia de los sagrados textos.

A menudo, estas valiosas Biblias o manuscritos eran regaladas a las iglesias o monasterios por sus mecenas como medio para indicar su condición, o bien eran regalos de obispos que querían defender su poder y hacer hincapié en la importancia de la fe en tiempos difíciles. Su enorme tamaño los reducía a uso de atril, posiblemente en los refectorios monacales para las lecturas a la hora de comer.

El Codex Gigas se podría considerar como el último gran manuscrito de estas características, ya que en las fechas en las que fue creado comenzaban a aparecer en París las Biblias de pequeño formato por su manejabilidad.

Sobra decir que el manuscrito llamaba la atención de todo aquel que lo conocía. La ilustración del Diablo entronizado en una de sus páginas fue lo que le valió el famoso apodo de Biblia del Diablo.

En la época medieval el manuscrito figuraba entre las maravillas del mundo y se le atribuía un enorme valor material. La autoría del pliego se le otorga al monje Herman el Recluso del monasterio de Podlažice, aunque este es un dato bastante confuso, y en realidad no se sabe a ciencia cierta quien escribió e ilustró sus pergaminos, si bien es cierto que una nota en el interior de la portada, de finales del siglo XIII, apunta a que ciertamente, el manuscrito fue creado en el monasterio benedictino de Podlažice. Más tarde, éste monasterio que pasaba por dificultades económicas, empeñaría el manuscrito al monasterio cisterniense de Sedlec. Posteriormente sería comprado de nuevo por los benedictinos, pero esta vez en el monasterio de Břevnov. En todos los casos, el manuscrito siempre se encontró en sus orígenes dentro de la provincia de Bohemia, en la República Checa.

Allí estuvo hasta que en 1594, Rodolfo II, gran amante de cualquier obra enigmática, transfirió la obra a su colección personal en el castillo de Praga. Medio siglo más tarde, tras la Guerra de los Treinta Años, el castillo fue expoliado por el ejército sueco y el libro, junto a muchos otros tesoros, pasaron a formar parte de la colección de la Reina Cristina de Suecia. Desde entonces se encuentra en ese país, primero en la biblioteca real y desde 1877, en la biblioteca nacional de Suecia, en Estocolmo.

Durante el paso de los siglos, y muestra de la atracción que ejercía el manuscrito, muchos incluyeron en él sus firmas, como los típicos “Yo estuve aquí”, de los baños públicos. Se encuentran inscripciones de los siglos XVI y XVII en incluso se pueden encontrar los nombres de Josef Pečirka y Beda Dudik, dos estudiosos checos pioneros en el estudio científico del manuscrito.

Su contenido, sin duda, es lo que hace de este manuscrito un volumen especial, único y enigmático.

El Codex incluye, entre otros muchos temas:

El Antiguo y Nuevo Testamento, Traducciones latinas de Flavio Josefo, Antiquitates Iudaicae, trabajos sobre la historia de los Judios, ocho libros médicos de origen griego o bizantino, que bajo el título de Ars medicinae fueron lectura obligatoria para estudiantes de medicina en el sur de Italia a partir del siglo XII convirtiéndose al final en textos de medicina en toda la Europa medieval.

Tras el final del Nuevo Testamento se encuentran sus famosas ilustraciones, una de la Jerusalén celestial y, enfrente, la del famoso diablo.

También contiene una confesión de los pecados y una serie de conjuros escritos en gran formato, la Crónica de Bohemia escrita por Cosmas de Praga, la Regla de San Benito, calendarios y listas de los miembros o benefactores de la comunidad monástica local.

No podía faltar un santoral y varias esquelas, estando todo esto mezclado con textos cortos de antiguas historias, curas medicinales y encantamientos mágicos. Sin suda se trata de un peculiar puzzle que recogió en su día los textos más importantes en varias materias convirtiendo al manuscrito en un ejemplar único.

La leyenda que siempre ha acompañado al manuscrito cuenta que el supuesto monje Benedictino al que se le atribuye la obra fue condenado a ser emparedado vivo por un grave crimen y, para que la pena le fuera condonada, el monje propuso crear una obra monumental y única que todos alabarían y que llenaría de honores al monasterio y, si eso fuera poco, aseguro que la ciclópea obra sería escrita por él en tan solo una noche.

Los monjes permitieron al atrevido escriba llevar a cabo su imposible tarea que, a la mañana siguiente y para perplejidad de todos, presentaría. Un gigantesco libro acabado y reluciente.

Nadie podía creer que tan magna tarea hubiese podido haber sido realizada en tan corto periodo de tiempo, y no se tardó en rumorear que el joven monje, para cumplir su promesa, había solicitado la ayuda del mismísimo Satanás, y que fue éste y no el escriba quien escribió todos y cada uno de los caracteres del manuscrito.

Mito y leyendas, lo cierto es que el Codex Gigas ha conservado su poder de atracción hasta hoy. De un precio incalculable, ha sido codiciado por muchos y los intentos de robo se han repetido a lo largo de la historia. Temor y obsesión, quien sabe si con algún mensaje oculto o sobrenatural que todavía permanece allí, esperando a que algún avezado lector ose a descifrar las auténticas palabras del Diablo.

Ni que decir tiene que el manuscrito ha sido examinado por numerosos expertos y todos los estudios concluyen en que tanto la caligrafía como la tinta pertenecen a un mismo escriba (en esa época todos se hacían su propia tinta por lo que todas eran diferentes). También se demostró que quien escribió el libro no tenia practica, por eso es aun mas raro que sin conocimientos acabara el libro en una noche, y ademas un libro de tales dimensiones.

Es fácil inclinarse por la teoría de que quizás el monje ya lo habría empezado a lo mejor sabiendo lo que le pasaría si se sabia de sus pecados, o quizás solo lo empezó por gusto y luego le encontró una utilidad mejor.

El libro también ha sido analizado por un “experto” en el diablo, que determino que el paño en el que se escribió el Codex Gigas era de piel de animales, y concluyo que era del todo imposible que una sola persona  lo escribiera en una noche, calculando que el tiempo lógico empleado para su escritura sería de unos 40 años, lo que resulta a mi parecer un poco excesivo. Además si se da veracidad a este dato parece lógico pensar que las primeras paginas tendrían por fuerza que estar mas desgastadas que las ultimas, pero no es así.

Si nos posicionamos atrás en el tiempo, y partiendo de la base de que creemos en la existencia del Diablo, no es difícil imaginarnos al monje desesperado ante la tarea de comenzar el monumental manuscrito y ver como, preso del terror, hace un pacto con el Diablo: Su alma a cambio de poder terminar el libro en el plazo acordado. El Diablo accedería y el monje terminó el manuscrito añadiendo en la página 290 un dibujo de Satanás como agradecimiento a este por haberlo ayudado.

2

Si algo es innegable, es que el diablo, real o ficticio, ha tenido siempre su lugar a lo largo de la historia y hoy en día sigue presente y de que manera. Es un tema que sigue interesando, y como muestra apuntar que hace pocos días era noticia en todos los medios que la Iglesia Católica se ha tomado tan en serio la lucha contra el diablo, que esta preparando un ejército de sacerdotes para exorcizar a todos aquellos poseídos por el demonio.

El órgano que preside el cardenal Rouco Varela lo justifica por “la fuerte demanda” que hay para acabar con posesiones demoníacas o influencias maléficas entre las que sitúa desde el Reiki a la magia negra, brujas y quiromantes, mal de ojo, echadores de cartas y esoterismos varios. O, siquiera sea, para aliviar la ansiedad de los creyentes que se sientan víctimas de influjos negativos ante la dura situación que vivimos.

Que se recuerde, no hay precedentes de este importante refuerzo de extirpadores de el Mal desde los medievales tiempos de Torquemada.

La sola existencia de estos expertos crea su necesidad en mentes débiles o enfermas. La angustia extrema por situaciones reales lleva a buscar salidas impensables en momentos de lucidez.

Y ya para terminar y por si a alguien le interesa, se rumorea últimamente, y de forma insistente en el marco de la iglesia, que el diablo está ahora mismo instalado en Madrid, así que mucho ojo.

  • author's avatar

    Por: Antiguos Colaboradores

    En este apartado queremos reconocer la labor de los antiguos colaboradores que han aportado sus trabajos a Mundo Parapsicológico:

    Aída Molina Pallé.
    Ana Belén Sánchez.
    Anabel Reyes.
    Antonio Ceniza.
    Argentina Barbero.
    Ángel Briongos Martínez.
    Angel García.
    Angel Jorge Mínguez Peromarta (RIP).
    Antonio Ceniza.
    Antonio Luís Moyano.
    Cristian Puig Sanz.
    Daniel Hernández Mondurrey.
    Daniel Odriozola Navarro.
    David Madrazo.
    Enmanuelle Laínez.
    Francisco Javier Pérez.
    Francisco José Fernández García.
    Héctor Quiroz Aguilera.
    Javier Pérez Campos.
    Jessica Luque Camacho.
    José Antonio Roldán Sánchez.
    José Manuel Frías.
    José Navarro.
    Juan Angel Rubio.
    Juanca Romero Hasmen.
    Marc Riera Fort.
    María José Fernández.
    Mario Magaña.
    Mario Ortega.
    Marisol Roldán Sánchez.
    Miguel Ángel Segura.
    Minerva Casales Labrador (RIP).
    Nuno Alves.
    Óliver Fernández Avellaneda.
    Purificación García Martínez.
    Raúl Barranco García.
    Ruth Peinado.
    Vanesa Sánchez.
    Victor Martínez García.

  • author's avatar

  • author's avatar

    Luk Thep, las hiperrealistas muñecas tailandesas de la suerte
    El psiquiátrico abandonado de Toén
    Raquel e Iria: Las brujas de San Fernando
    Radiestesia y pendulogía
    Las leyendas paranormales de la Casa de Castril

    Ver todos estos posts del autor

 

Publicado por el día 04/02/2014

 

 


¡Escucha nuestro podcast!

Buscador

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies

© 2001 - 2024 Mundo Parapsicológico. Todos los derechos reservados. Aviso legal. Privacidad. Contacto.