He de reconocer que ha sido una de las visitas más interesantes que he tenido oportunidad de hacer últimamente. Ante mí no solo se presentaba un hospital de los muchos que hay por la geografía española en desuso, sino que se trataba de un lugar lleno de material de todo tipo, desde tejidos orgánicos a máquinas de todo tipo

Nota aclaratoria: Debido a la presencia de viviendas en los alrededores, y para no dar señales con el flash de la cámara, las fotografías que se muestran a continuación se realizaron con teléfono móvil.

Sobre las 00.30 h. llegábamos al enclave. Tras dos días recorriendo el sureste de España en busca de historias que merezcan ser contadas nuestro último destino iba a ser este lugar en un principio cerrado a cal y canto. Llama la atención al principio la cantidad de gatos y erizos que uno puede encontrar en sus alrededores. No solo pudimos comprobar que el lugar estaba fuertemente protegido por vallas fijadas a la acera con cemento.

Tras estudiar el entorno, encontramos el punto más conveniente para la entrada. Así pues, procedimos a internarnos en el lugar mi compañero Jesús García y un servidor.

El lugar es frecuentado por personas sin techo, pero, al menos a nosotros, no nos pusieron ninguna pega en dejarnos entrar y explorar a voluntad.

El edificio en sí es, desde fuera, aparentemente pequeño, pero una vez dentro, la perspectiva cambia de forma drástica.

Como podéis ver en esta foto, el lugar alberga bastante material. Igual alberga esparadrapo nuevo que jeringuillas usadas, por lo que hay que extremar siempre la precaución en estos casos.

El lugar ya está siendo saqueado por los chatarreros que, aprovechando el abandono, extraen todo material con valor para su reventa. Pero, al contrario de otros lugares que he podido visitar, aunque este haya sido «saqueado«, merece mucho la pena de visitar.

¡Peligro! En la zona de laboratorios uno puede encontrarse, como hemos dicho antes, diferentes instrumentos peligrosos. Lo que solo me he encontrado una vez en mi vida, y hace años, son caldos de cultivo o tejidos humanos. Jamás, y jamás es jamás, debe manipularse este tipo de muestras, pues nadie sabe, una vez abandonados, lo que pueden contener. En la foto de arriba podéis ver el clásico recipiente de cultivo de bacterias, y abajo, muestras de tejido:

En el lugar existen diferentes archivos de pacientes y administrativos, ¿Donde está la protección de datos?

¿Volveremos? No lo sabemos, pero lo que si es cierto es la gran satisfacción que me ha dado explorar este nuevo lugar el cual pensaba, sinceramente, que iba a estar más destrozado.