Corría el año 1985 cuando Eleuterio Castaño, cerca de la madrugada presenciaba un insólito hecho; un hecho que estaba sucediendo en el mismo salón de su propia casa. De las paredes y del suelo comenzó a brotar un líquido rojizo, casi espeso, brillante. Aquello era sangre, sin duda alguna. Su casa estaba sangrando, literalmente

Nota aclaratoria: El presente artículo fue realizado por Javier Pérez Campos el día 8 de abril de 2005.

Nota aclaratoria (II): El fenómeno ha sido desmentido por la propia familia el día 31 de enero de 2007 mediante un e-mail enviado a Mundo Parapsicológico, el cual puede leerse al final del artículo.

Y esa es mi intención, haceros conocedores de este apasionante tema; a veces, quedaremos impactados por los sucesos, otras decepcionados tal vez, pero lo que está claro es que indiferente no deja a cualquiera. Nadie puede quedarse al margen ante un suceso anómalo de semejante calibre

Me gustaría comenzar con un caso poco conocido, pero extraño donde los haya. Sucedió en Cáceres. Corría el año 1985 cuando Eleuterio Castaño, cerca de la madrugada presenciaba un insólito hecho; un hecho que estaba sucediendo en el mismo salón de su propia casa. De las paredes y del suelo comenzó a brotar un líquido rojizo, casi espeso y brillante. Aquello era sangre, sin duda alguna. Su casa estaba sangrando, literalmente.

Sorprendido y aterrorizado, llamó a la Guardia Civil para pedir ayuda. Cuando esta llegó a la casa, el fenómeno había cesado, pero las paredes y el suelo seguían impregnadas de sangre.

Nervioso, sin saber qué estaba ocurriendo ni a quién debería recurrir, Eleuterio decidió ponerse en contacto con las autoridades políticas de la ciudad. Entonces el alcalde llegó a la casa sangrante. Nadie había exagerado, todo era como le habían dicho; las paredes manchadas de sangre, el suelo encharcado… La escena era terrible, enfermiza.

En ese instante el teléfono de Eloy García, médico titular de la ciudad, lo despertó en la madrugada. Era el alcalde, solicitando su presencia urgente. El médico se vistió rápidamente y asistió al lugar que le habían dicho: Número 28 de la calle Gabriel y Galán.

Al llegar allí el alcalde lo puso al corriente de lo que estaba sucediendo y de por qué lo necesitaba: Toda una familia se encontraba en estado de shock tras presenciar cómo de las paredes de su casa había brotado sangre a borbotones.

Tras el suceso, todo el pueblo se hizo conocedor del tema, y los más curiosos (escépticos tal vez) se acercaban a la casa para comprobar que el fenómeno existía.

Con el tiempo, el asunto se fue zanjando sospechosamente. Eleuterio Castaño evitaba a la prensa; sus comentarios comenzaron a escasear poco a poco hasta desaparecer de la prensa. El tema se dio por zanjado. Todas las pruebas habían sido borradas; por ejemplo, nunca se dieron a conocer los resultados obtenidos tras el recogimiento de muestras de sangre por las fuerzas del estado.

Y los vecinos comenzaron a sacar sus propias conclusiones. Pero a día de hoy, no son muchos los que recuerdan aquel suceso: «La casa sangrante de Arroyo de la Luz«.

Aclaración de los propietarios de la casa

El 31 de enero de 2007 la redacción de Mundo Parapsicológico recibe un correo electrónico de los descendientes de Eleuterio Castaño, propietario de la vivienda en la época donde se dieron los hechos. El motivo de la misiva es la clara intención de aclarar los hechos. Copiamos literalmente el e-mail:

«La Familia Castaño Molano, descendientes directos de los propietarios de la supuesta «Casa Ensangrentada» desmiente esta noticia y decimos que el hecho ocurrió así:  Una noche, una de las hijas del matrimonio que dormía mal, fue visitada por su madre, y al dar a la luz comenzaron a descubrir manchas de sangre por distintos espacios de la casa, lo que asustó a la pequeña quien se quedó un tiempo en la puerta de casa con cierto miedo temiendo hubiera una rata o algún animal.

Momento en que pasó el Alcalde y alarmado por el suceso lo comunicó a diversos estamentos de la localidad. A la mañana siguiente, el médico certificó que se debió a la graves varices que padecía esta mujer lo que hacía que la sangre saliera a borbotones con tanta fuerza que no dejaban rastro en la misma pierna. Por tanto este mal entendido se debió a una enfermedad grave y no a estos supuestos sucesos. Este comunicado lo firmamos los descendientes directos esta familia.»

Conclusiones

Si nos ceñimos a las declaraciones de la familia el fenómeno se debió a una enfermedad totalmente explicable. Damos gracias a la familia por aclarar el suceso y, desde Mundo Parapsicológico, nos tomamos la libertad de seguir publicando el trabajo de Javier para que otros lectores puedan leer la explicación al caso.

Mapa del lugar