Quizás los mas nuevos ufólogos no conozcan este fascinante y espectacular caso. Ocurrió en la mañana del 3 de Abril de 1976, Luis Barroso Fernandes fue abducido por un OVNI. Tras este encuentro, su mentalidad fue retrocediendo gradualmente hasta morir con la edad mental de 9 meses.

Como todos los días, Luis se dirigía con su carroza tirada por un burro hacia la finca donde trabajaba. Tras tres escasos km. de viaje escucho un extraño sonido similar a abajas gigantes. A continuación vio una gran luz pasando por encima de el, que seguidamente aterrizo frente al carro que dirigía.

Según describió Barroso, la bola tenia aproximadamente 3 metros de diámetro, parecía una rueda de tractor. Debido al susto, el burro volvió sobre sus pasos, pero una enigmática luz los paralizó a ambos. De repente, del aparato salieron dos seres, uno de ellos, que parecía tener una linterna, iluminó a Barroso haciéndole perder los sentidos.

Cuando volvió en sí, estaba en un lugar distante del incidente, le ardía la cara y el lado izquierdo de su cuerpo estaba enrojecido. Sufría de problemas locomotivos, por lo que un vaquero de la zona le ayudo a volver a casa.

Su esposa lo llevo al Dr. Antõnio Moreira Magalhâes, que puso en duda la versión de Barroso, por lo que le recomendó reposo.

Aun estando en casa, Barroso continuaba pasándolo mal, sus ojos ardían y el lado izquierdo de su cuerpo estaba totalmente rojo. Las emisoras de radio y los periódicos locales no tardaron en hacerse eco de tan singular caso.

Después del revuelo y de recibir cientos de curiosos, la vida de Barroso volvió aparentemente a la normalidad. Salvo que….

Los primeros síntomas

En pocos días, sus pelos se volvieron grisáceos, se volvió impotente y vivía aislado del mundo, habitualmente se encontraba indispuesto y presentaba constantes lapsus de memoria.

El Dr. Magalhães, imposibilitado de tratar a Barroso lo encamino a los colegas de la capital, Fortaleza, que vieron estupefactos como en el informe medico constaba la siguiente frase: «Barroso ha sido secuestrado por un platillo volante«.

Los Doctores José Pelegrino Alves y Grauco Cobo, no creyendo mucho en la historia, lo volvieron a encaminar a casa con tranquilizantes y recomendandole reposo absoluto. Pero como Barroso empeoraba cada día, la familia lo llevo de nuevo a la capital a internarlo en un hospital psiquiátrico.

Después de encontrarlo en perfecto estado, la familia apelo a la medicina alternativa, pero tampoco dio resultado.

Tras semanas de convalecencia, Barroso comenzó a acumular agua en el organismo, su cuerpo estaba lleno de edemas y ya no reconocía ni a su familia ni a sus amigos.

Barroso se sometió a una pila de exámenes de todo tipo, pero todo indicaba al final que barroso se encontraba en perfecto estado de salud. A esa altura, su edad mental era de apenas 1 ano y solo pronunciaba las palabras «Mama, dame y miedo«, repitiendo miedo con mucha frecuencia. Presentaba convulsiones cada 10 min. y se alimentaba con biberón.

El rejuvenecimiento

Lo mas impresionante según el Dr. Magalhães era el rejuvenecimiento de su piel, su cara rosada, la piel sin arrugas y sin manchas, la comparaba con la de un joven de 17 años. Sus brazos presentaban músculos rígidos y fuertes, imposible para un hombre de 68 años que llevaba meses sin ejercitarlos y que se mal alimentaba de biberones.

Finalmente Barroso murió pocos días después, con la edad mental de 9 meses, con un aspecto que irradiaba vitalidad, tal y como vemos en la fotografía que acompaña este articulo.

Nota: Algunos datos de este articulo han sido extraídos del libro «Ets Santos e Demônios na terra do Sol» de Reginaldo de Atayde.

Vídeo complementario (Portugués de Brasil)

Lugar aproximado de la abudcción